En una realidad paralela, un nuevo deporte femenino está causando furor en Japón: el Keijo. Los combates de Keijo se disputan entre chicas ataviadas en bikini y subidas en plataformas flotantes en medio de estadios con grandes superficies de agua, y que tratan de tirar a sus contricantes de dicha plataforma golpeándose unicamente con los pechos o el trasero.
Nozomi Kaminashi es un portento de atleta, que decide abandonar sus sueños de competir en unas Olimpiadas para dedicarse al Keijo, con el fin de ganar dinero y sacar a su familia de la pobreza.
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